miércoles, 13 de mayo de 2009

ENDIOSAMIENTO DE LA CIENCIA POSITIVA

La concepción de la ciencia dominante en nuestros días privilegia a la perspectiva etimológica empirista, reduce la racionalidad humana a la pretensión de la verdad en estrecha relación con la idea de objetividad.

Desde esa perspectiva, el mundo real se reduce al mundo objetivo, externo, observable. Los aspectos subjetivo e intersubjetivo de la realidad humana, se ven desplazados al espacio de lo irracional, es decir, lo que no se puede decidir en términos racionales.

La modernidad llego acompañada por una serie de impresionantes logros en los campos de la ciencia y la técnica. Las doctrinas religiosas fueron desplazadas paulatinamente por doctrinas fundadas en saberes positivos, empíricamente demostrables.

Entonces la ciencia y la técnica llegaron para sentarse en el trono reservado para los conocimientos más venerables.

La pretensión racionalista de la primera modernidad consistía en que solo la razón debía de estar sentada en un trono, y cada persona debía tener el valor de apelar en última instancia al tribunal de su propia razón.

Los constantes desarrollos científicos y técnicos terminaron por dividir al conjunto de las personas en dos grandes categorías: los que saben y los que no sabe, o bien, los científicos y los técnicos por un lado, los legos en ciencia y la tecnología por el otro. Los primeros serian los mas aptos para indicar el rumbo a seguir al resto de la humanidad pues solo ellos dispondrían de conocimientos “objetivos” y “verdaderos”

; Solo ellos conocerían de manera indudable las leyes por los cuales se rigen todos los fenómenos del Universo.

Los científicos y los técnicos podrían explicar, predecir y controlar una reacción química del mismo modo en que el desenlace de un proceso histórico.

Se llego a pensar que una vez que la ciencia y al técnica estuviesen plenamente desarrolladas, este mundo se convertiría en un “mundo feliz” a la manera de Aldous Huxley. Lo cual seria una pesadilla si tenemos valores como la igualdad, la libertad y la sensibilidad.

Deacuerdo con la autopía científico-técnica se terminarían todas las desgracias humanas:



i) Debido a que habrían vacunas, medicinas y aparatos médicos muy sofisticados, se terminarían las enfermedades.



ii) habría una producción abundante en los campos agrícolas, puertos pesqueros y las zonas fabriles; todo el mundo tendría todas sus necesidades materiales, así que los fenómenos de explotación, pobreza descontentos sociales y guerras, se convertirían en cosas del pasado.



iii) Los gobiernos se ordenarían por eficientes criterios científicos y técnicos, todos los pueblos vivirían en un ambiente de armonía.



iv) Habrían explicaciones científicas verdaderas y objetivas para todos los aspectos del universo físico y social, se desterrarían los mitos.

Se anunciaba el fin de la edad de la oscuridad y el advenimiento de la era de las luces. Las luces provenientes de la ciencia. Y bajo la batuta de flamantes gobernantes tecnócratas, poseedores de la ciencia y la técnica.

Pues antes tales promesas termináramos encontrando una ciencia y una técnica engreídas, sus defensores han pretendido monopolizar en su seno las más altas exigencia de racionalidad.

Si alguna idea reclama racionalidad, el experto científico técnico con un aire de condescendencia dice: “muy bien dices que tu idea es racional, ¿o no? .Veamos si satisface las exigencias de verdad y objetividad”.

Cuando un filósofo objeta que la corrección de las normas y los valores debe ser establecida con base en criterios distintos a esos, el soberbio defensor de la ciencia positiva le responde que la corrección normativa es un “sin sentido”.

Así es como la razón se convirtió en monopolio exclusivo de la ciencia positiva y sus aplicaciones tecnológicas. Muy pronto se comenzó a ver que ni la ciencia ni la técnica cumplían todo lo que habían prometido. Cada vez había más gente hambrienta y desamparada en el mundo, al contrario, la ciencia y la técnica sirvieron de base para construir armas terribles.

Esa es la situación en la que nos encontramos. Por eso, aquí y allá, se levantan voces delatando las enormes limitaciones de una ciencia y una técnica que nos convidan a reducir la racionalidad a la instrumentalizad.

Hans-Georg Gadamer denuncia que: “los métodos de las ciencia naturales no captan todo lo que valen la pena saber: nisiquiera lo que sabe mas vale la pena: los últimos fines”.otro trato habían hecho medio siglo antes Ludwig Wittgenstein y Edmund Husserl,

El primero al sostener:”sentimos que aunque estuviesen respondidas todas las cuestiones científicas, nuestros problemas vitales ni se habrían tocado todavía”. El segundo al afirmar que:”en nuestra penuria vital, esta ciencia no tiene nada que decirnos”.

Las pretenciones de exclusividad del conocimiento objetivo, fueron ya planteadas desde los albores del pensamiento científico moderno. Incluso antes de la consolidación del pensamiento renacentista en esos siglos cruciales, cuando la concepción de la racionalidad humana en términos objetivistas, mecanistas matermatizantes hacia su entrada triunfal, los defensores de una idea de la ciencia, competían con los “humanistas” quienes cultivaban una visión mas cargada hacia el lado espiritual de la condición humana, inspirados en el legado de los clásicos, especialmente griegos. Por aquellos tiempos los humanistas hacían grandes esfuerzos por revitalizar la antigua y muy respetable apelación de las virtudes, a los juicios prudentes, al tacto y la sutileza, al no olvido de, los fines de la vida. En ese ambiente, el humanista Tetrarca manifiesta sus desprecios hacia la ciencia en los siguientes términos.

No es que “esas cosas” no sirvan para nada. Sirven para muchas cosas, y en hora buena que así sea. El punto es que no sirven par todo .por eso, además de ciencias y técnicas, necesitamos allanar campos fértiles para el cultivo de la ética y la ko0ral, la política y el derecho, la música, las creencias religiosas, y todas aquellas expresiones y manifestaciones humanas que sin estar en condiciones de poder reclamar una objetividad similar a la de una átomo, son tanto mas importantes a la hora de definir cosas tales como:¿Quiénes somos? ¿Quiénes nos gustaría llegar a ser?¿por que? No hay explicación verdadera ni técnica objetivamente fundad que nos provean de una pizca de sentido la hora de plantear y resolver ese tipo de cuestiones.


REYES SANCHEZ ALEJANDRA

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